La esperanza Boric y la soledad uruguaya

Durante bastantes años Uruguay fue una anomalía política en un continente azotado por la polarización sectaria. Durante mucho tiempo el Frente Amplio (uruguayo) fue una excepción democrática en un contexto donde movimientos populistas de izquierda y de derecha estaban preocupados por todo menos por mejorar los derechos y libertades de sus pueblos.

A raíz de las elecciones que en el 2019 dieron la victoria al centro-derecha, encabezado por Lacalle Pou, la periodista Sylvia Colombo, buena conocedora de la realidad latinoamericana, escribía su columna del New York Times con el sugerente título: 'No perdamos este Uruguay'.

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Yolanda Díaz, ¿Presidenta?

Recientemente tanto José Félix Tezanos como Iván Redondo han destacado las fortalezas demoscópicas de Yolanda Díaz. El primero dándole un crecimiento significativo en las encuestas a UP, el segundo llegando a pronosticar que podría ser la próxima presidenta del gobierno.

Bien es cierto que los pronósticos y análisis de ambos no son muy de fiar. Tezanos es el mismo que se empeñó en demostrar las posibilidades de la izquierda en las pasadas elecciones madrileñas desatendiendo todos los datos sociológicos que apuntaban la existencia de una corriente de fondo favorable a la derecha más allá de la campaña electoral (la comparativa del resultado final con el recuento CERA demuestran a la clara que la victoria de Ayuso no se labro en quince días de campaña). Con Redondo ya no se sabe cuáles son errores y sus aciertos porque existe una nebulosa que no deja claro donde existe responsabilidad directa o no, y desde su salida de la Moncloa todo está impregnado de una cierta vendetta.

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Una humilde propuesta

Si atendiéramos exclusivamente a los datos ofrecidos por el CIS al respecto de los principales problemas que preocupan a los españoles; sin lugar a dudas el debate sobre la forma de la jefatura del estado, situado como principal por menos del 1% de la población, sería uno de esos debates que podríamos decir que no le importa a nadie. Y podríamos pensar que no es para menos en la situación de crisis sanitaria, económica y social en la que estamos instalados.

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